Autoevaluación: Una educación democrático – humanística respeta al alumnado y sus intereses.
¡Hola de nuevo!
Esta nueva entrada hace
referencia a un texto que Jorge el profesor de E.F. nos ha facilitado en el que
nos hace una introducción de lo que la autoevaluación, en este caso del alumno,
conlleva.
En primer lugar, decir que por
favor si tenéis un momento creo que es necesario que cualquier persona debiera
leer este texto (al final dejo el enlace donde encontrarlo), pero creo que más
todas aquellas personas que se dediquen a cualquier tipo de docencia. Para mi
ha sido una revelación de verdad, el texto da nombre a aquello que siempre he
pensado y encima me da pistas para poder llevar a cabo la autoevaluación del
alumnado, o por lo menos para poder enfocarlo.
Puede ser, o no, que alguien se
pregunte porque me ha fascinado tanto el tema del que habla. Pero la respuesta
es sencilla, he sido víctima total de lo que el autor llama al principio del
texto “pedagogía venenosa”, aunque opino que no era la única en los años que yo
viví mi etapa escolar, por aquel entonces eran pocos lo profesores que no
predicaban este tipo de pedagogías venenosas y mucho menos las evaluaciones
tradicionales. Me he sentido muy identificada en muchas cosas por no decir en
la mayoría de las cosas que el artículo enumera en el punto 3.3, todos esos
mitos que existen alrededor de la evaluación tradicional.
Recuerdo los exámenes con horror,
que mal lo pasaba. ¿Satisfacción por deber cumplido, de verdad? No creo que yo
haya sentido nunca una cosa así, de verdad; creo que ni ahora cuando apruebo,
no me compensa en muchas ocasiones la nota que saco por lo que me ha hecho
pasar estudiar para un examen y encima con el tiempo he aprendido a estudiar de
tal manera que estudio para aprobar y no para aprender. Si algo me interesa ya
lo aprenderé más tarde ahora lo que interesa es aprobar me digo, al fin y al
cabo ¿no es eso lo que quieren? ¿Un examen a corregir con una nota para después
poder justificarse? Pero no solo eso también nos habla del mito de la justicia
de las notas. ¿Qué quiere decir el autor cuando habla de ese mito en el que yo
también me he sentido muy identificada? Ahora estamos acostumbrados a escuchar
aquello de que casa niño es diferente, que no todos tienen que aprender de la
misma manera que hay que adaptarse a las necesidades de cada alumno e incluso
(aunque todavía hablamos de exámenes) se adaptan las pruebas si es necesario al
niñ@ con alguna dificultad de aprendizaje si así lo requiere (algo es algo),
pero cuando yo era pequeña eso no ocurría. Con el tiempo y después de leer
mucho a causa de las dificultades de mi hijo mayor, me he dado cuenta que yo
ahora me identifico mucho con él cuando yo estaba en su misma edad , pero
entonces no estaba tan de moda el TDA/TDAH entre otras dificultades,
simplemente eras aquella personita que nunca llegará a nada y por la que no
vale la pena ni perder el tiempo, así que imaginaros lo de adaptar las pruebas
o las metodologías, ¿estamos locos o qué? Y perdonar la expresión. Por lo que
imaginaros los exámenes y objetivos de estos, todos partían del mismo punto por
lo que sí, eran poco justos la verdad. Así podría seguir seguramente
encontrando muchas cosas que me identificaran con el resto de los mitos.
Pero a mi parecer el problema no
esta en lo que ocurría hace unos cuantos años, sino en el presente, que si
miramos con atención y comparamos en lo que ocurría antes y lo que ocurre ahora
(aunque se están dando pasitos) la situación no ha cambiado demasiado. Se continúa
confiando en la evaluación tradicional donde unos números lo siguen
significando todo, se sigue practicando la “pedagogía venenosa” imponiendo a
los niñ@s sus propias normas hasta el punto de que estos acaban escondiendo su
propia personalidad y aceptando como totalmente correcto aquello que el adulto
hace.
Bueno, no se si recordareis que
en el tercer párrafo de este texto he dicho algo así como que me considero
victima TOTAL de esas pedagogías donde las calificaciones numéricas obtenidas a
través de exámenes que hacen y corrigen otros (no los alumnos) son el dogma del
asunto, y ¿Por qué digo esto de TOTAL en mayúsculas? Pues porque aunque estoy de
acuerdo con la educación democrática - humanística que el autor del texto
predica, una educación que como podemos leer se basa en “ la dignidad humana
debe fomentar y defender los derechos y deberes de las personas “ ( Fernández-Balboa
Balaguer, J.M.) además como su nombre indica se basa también en la democracia,
cosa que parece lógica ya que vivimos en una sociedad democrática y debemos
preparar a nuestros alumnos a vivir en esta.
Pero recordemos porque victima TOTAL pues porque aunque como ya he dicho
estoy de acuerdo y me gustaría llevarlo a la practica en un futuro no sabría
como hacerlo o cuando un de mis profesores me plantea la autoevaluación me pone
un poco nerviosa, sinceramente nadie me ha enseñado hacerlo, siempre me he
dedicado hacer lo que me pedían sin rechistar y no tenia que pensar que nota
merecía siempre he pensado que aquella que el profesor/a me asignaba, asi que
espero estar a la altura en la autoevaluación que Jorge nos insta hacer.
Lo último que me gustaría comentar
referente a lo que se dice en el texto y que me llama la atención antes de
exponer mis puntos evaluables, es cuando comenta que en muy pocas ocasiones se
encuentra con alumn@s que al exponer su dinámica de clase donde la asistencia
entre otras cosas no es obligatoria, mantenga una ratio de asistencia tan alto.
Entiendo que en niveles superiores de estudios como los universitarios los
comprendo, se supone que ya es gente adulta con responsabilidad y que, si está
ahí es porque quiere, pero en ¿adolescentes? Que no lo dudo, de verdad, es solo
que me ha sorprendido. Supongo que es “tan fácil” como hacerlos participes para
que se sientan bien, respetados, etc. y que en fin simplemente se involucran al
darles esa confianza supongo.
Mi autoevaluación:
Más que puntos en concreto mi
evaluación se basaría en una reflexión donde hablaría de aquello que me ha
aportado la asignatura, pero siguiendo unos parámetros, muchas veces cuando nos
piden que reflexionemos sobre la que hemos aprendido nos dedicamos a enumerar
cosa, pero no me refiero a eso. Me gustaría que realmente fuera una reflexión
sincera donde esos parámetros no fuesen cosas muy tangibles como pueden ser si
he realizado bien mis trabajos, en el momento preciso, o simplemente cuando se
pedía. Que, por supuesto es algo también a evaluar, pero no lo más importante a
mi parecer, es que no se como realmente expresar lo que evaluaría para mi seria
un texto que realmente expresara todo aquello que he vivido en las clases tanto
las que si hemos vivido y aquello que nos ha aportado la asignatura en el
confinamiento. Y cuando digo lo que me ha aportado la asignatura me refiero a q
aquello con lo que me he sentido a gusto y con lo que no, lo que aunque me haya
esforzado mucho en algo no ha conseguido el resultado esperado, o al revés lo
que pense que no iba a salir y me sorprendió, también están mis compañer@s que
también aportan y como no el profesor una parte importante a la hora de recibir
la asignatura y sobre todo mi actitud respecto a esta. Bueno no se si he sabido
expresar correctamente en que basaría esa autoevaluación y que puntos trataría.
Ahora si, para finalizar solo
darte las gracias Jorge por compartir con nosotros este texto y no solo este ya
que al leerlo he acabado de comprender la finalidad de tus clases, de verdad
enhorabuena llevas la educación democrático – humanística perfectamente,
gracias por confiar en nosotros, así da gusto ir a clase e incluso echarlas de
menos cuando no las puedes tener.
Patri Bou.
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