La Educación Física desde mi punto de vista. Cristina Archidona


Con la siguiente entrada pretendo dar respuesta a las cuestiones que nuestro profesor nos propone y compartir mis experiencias a modo de aportación para participar con el aprendizaje colaborativo de todos y de todas. 




¿Qué es educar?

Educar es desarrollar las facultades intelectuales, morales y afectivas de una persona de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenece. Esta definición sería la técnicamente correcta, pero el ejercicio propone que aporte mi visión sobre qué es educar como futura maestra. Bien, para mí, educar es el acto que realiza una persona dedicada y conocedora de su responsabilidad sobre personas que se encuentran en una edad favorable para el aprendizaje. Hablo de personas en general y no de niños y niñas, porque el acto de aprender se debe realizar durante toda la vida, aunque como bien he comentado antes, en la etapa de escolaridad es donde más consolidado queda cada paso que damos. Esos pasos deben ser orientados por una maestra o maestro, además de supervisados. Esas orientaciones deben ser creadoras de personas críticas y sensibilizadas con el mundo que los envuelve, además buscarán la construcción de la persona respetándola en un ámbito multidireccional y funcionaran en una línea de igualdad docente-alumnado y no de superioridad y des realización. Una persona con una educación adecuada tendrá las herramientas necesarias para enfrentarse a las máximas situaciones posibles a lo largo de su vida. 








¿Qué es una persona educada desde la educación física?


En la misma línea de la pregunta anterior, una persona que esta educada desde la educación física en mi opinión, es la que entiende y conoce el potencial de sus habilidades corporales más allá de lo biológico. Con esto quiero decir, que frecuentemente la concepción de la educación física ha ido al rededor de la idea de averiguar el límite de cada uno/a o encasillar las habilidades con una nota numérica, pero nada más. O ese era mi pensamiento cuando era alumna. Una persona educada desde la educación física, manejará una serie de habilidades motrices, además de conocimiento de su cuerpo, utilizando el juego y la dinámica para aprender y conocer los valores y el trasfondo que en los mismos el maestro o la maestra nos quiere hacer llegar. 




¿Qué recuerdos tienes de tus experiencias en la asignatura de Educación Física, cuando eras estudiante de primaria, estudiante de secundaria y ahora en las prácticas de la carrera?




En cuanto a mi experiencia con la Educación Física ha sido en general un tanto caótica. En primaria, nunca despunté por mis habilidades corporales, todo lo contrario, no tenía un buen manejo de mi propio cuerpo y estaba catalogada como "patosa, manos mantequilla, la pupas..." porque siempre acababa lesionándome, me ahogaba al correr, etc... Aún así, en primaria me esforzaba mucho, para ser competente en la asignatura. 

En secundaria, ya cambio la cosa. A las hormonas le sumamos la falta de habilidad y el componente vergüenza, obteniendo como resultado a una Cristina retraída, que no le gustaba el deporte y que no tenía ni idea de para que serbia las clases de educación física. Y así lo hacía saber a mis profesores como buena adolescente que era, con lo que me contestaban que era un tiempo en el que teníamos para desahogarnos de las demás clases. Con la asignatura casi suspendida (ya que siempre me hacían ver que me aprobaban por participación con un 5 pero que ni habláramos de más nota) pasé a bachillerato, luego a un superior y finalmente me encuentro aquí en la Universidad de Valencia.


 Mi experiencia cuando he estado de prácticas, ha sido totalmente diferente. Darle al juego la importancia que tiene en el aprendizaje del niño o niña y  pensar en esos juegos para que trabajen conjuntamente con las demás áreas, me parece una herramienta fundamental. He realizado las prácticas en dos colegios diferentes. En un CAES y en Escuela 2. Son coles muy distintos,  pero en las aulas de estimulación multisensorial o de gimnasia, se trabajaba sin presiones, sin favoritismos y respetando los ritmos individuales del alumnado. No asistí a muchas sesiones, ya que en escuela 2 no existía la asignatura en sí, porque trabajan por ambientes, y en el CAES solo estuve 10 días. Pero con eso bastó para cambiar el punto de vista que tenía antes como alumna, sobre la educación física a la que tengo ahora como futura docente.






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